Quizás has oído hablar de los caballos Clydesdale, esos caballos grandes, fuertes y trabajadores que pueden jalar mucho peso. Un caballo por sí solo puede jalar dos toneladas, pero si unes otro caballo, juntos pueden jalar 23 toneladas. ¡Eso es increíble! 


Así es como funciona cuando oramos juntos unos con otros. Cuando unimos nuestras fuerzas en oración y conectamos con el cielo, eso es lo que sucede. Hay un efecto multiplicador.






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